La versión más antigua de Microsoft Office fue lanzada en 1989 con dos paquetes básicos: uno formado por Microsoft PowerPoint, Microsoft Excel y Microsoft Word, y otro al que se le sumaban los programas Schedule Plus y Microsoft Access.
Word es uno
de los programas más populares que forman parte de Microsoft Office. Consiste en un procesador de textos que
incluye un corrector ortográfico, diccionario de sinónimos y la posibilidad de
trabajar con diversas fuentes (tipografías).
Excel, por su
parte, está compuesto por planillas u hojas de cálculo. Su principal atractivo
es la posibilidad de realizar operaciones aritméticas de manera automática, lo
que facilita el desarrollo de balances y estados contables.
PowerPoint es el
programa de Office que se utiliza para crear y mostrar
presentaciones visuales. Su base está en el desarrollo de
diapositivas multimediales que pueden incluir imágenes, texto, sonido y videos.
La administración de datos personales y
los correos electrónicos pueden gestionarse desde Outlook.
Su principal fuerte es el cliente de correo, aunque también ofrece un
calendario y un directorio de contactos.
Caber resaltar que Microsoft Office es
un programa con licencia. Por lo tanto, quienes deseen aprovechar sus prestaciones,
deben comprarlo y respetar las condiciones del contrato, como la prohibición de
realizar copias con fines de lucro. Algunos de sus principales
competidores son OpenOffice (de código
libre), StarOffice, Lotus Symphony y WordPerfect Office.
La popularidad de Office ha ido cayendo en los
últimos años. La primera víctima es probable que haya sido PowerPoint, cuando
muchos usuarios comenzaron a comprender que Flash les ofrecía las mismas
posibilidades y muchas más, con un nivel de personalización imposible de alcanzar en el primero. Luego, con la
masificación de los teléfonos móviles y lo atractivo de sus aplicaciones, tuvo lugar una especie de migración desde la PC
hacia dichos dispositivos, transformando el mercado del software y colaborando
con el crecimiento de la nube y las
herramientas gratuitas. Muy probablemente, esto no haya pasado desapercibido
para Microsoft, dado que desde hace un tiempo es posible disfrutar de algunas
de las prestaciones de Office en forma gratuita y a través de una cuenta de
correo.
La piratería
Al igual que Windows y los distintos paquetes de
Adobe, donde encontramos Photoshop e Illustrator, Office es uno de los focos más comunes de la piratería. Una de las razones
principales es que son herramientas muy
útiles para la formación, dado que suelen estar entre los requisitos de la
mayoría de los puestos de trabajo que incluyan labores informáticas de algún
tipo.
Al día de hoy, existen alternativas gratuitas a
casi todas ellas, las cuales en algunos casos resultan más potentes y
eficientes, pero que suelen tener un punto débil en común: interfaces difíciles de navegar y poco atractivas visualmente.
Esto lleva a muchos usuarios a descartarlas en cuestión de segundos, volviendo
a las cómodas descargas ilegales. Sin embargo, dado que
la piratería ha proliferado sorteando cuanto obstáculo se ha presentado en su
camino, muchos se preguntan si las grandes compañías de
desarrollo de software sufren realmente por esta situación.
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Es común oír que es probable que sean ellas mismas,
Microsoft y Adobe, por ejemplo, quienes se aseguran de que sus programas
lleguen a cuantos hogares sea posible, sea a través de adquisiciones en regla o
de copias ilegales. Esta teoría se apoya en que la verdadera ganancia tiene
lugar cuando una empresa compra las aplicaciones necesarias para sus empleados,
y que gracias a permitir que los usuarios particulares conozcan y disfruten de
sus herramientas, su popularidad crece al punto de convertirlas en puntos
de referencia.